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Revista de Cultural Survival Quarterly

Artículos

Kseniia Bolshakova (Dolgan) es una activista del Ártico ruso que trabaja para revitalizar su lengua dolgan y defender sus tierras ancestrales. Su novela, «La escarcha también se derrite», aborda los problemas del cambio climático, la pérdida del pastoreo de renos y la actual extinción de las lenguas Indígenas. Bolshakova vincula el deshielo del suelo congelado, las prácticas interrumpidas de un modo de vida nómada y la migración sin precedentes hacia el sur de los renos salvajes con la línea rota de transmisión de las lenguas nativas en la comunidad.

 

En el discurso mundial sobre el cambio climático, las comunidades Indígenas suelen describirse como grupos vulnerables que se enfrentan a efectos adversos. Sin embargo, los Pueblos Indígenas no somos víctimas pasivas. Somos conocedores de los efectos del cambio climático, con estrategias de adaptación y mitigación integradas en los sistemas de gestión de la tierra. Este conocimiento se conserva en las lenguas Indígenas, que a menudo contienen conocimientos ecológicos que pueden ayudar en la adaptación al cambio climático.

 

Maja Kristine Jåma (Sami) es miembro del Parlamento Sami de Noruega. Creció en una familia de pastores de renos, y la cría de renos siempre ha formado parte de su vida. Como antigua profesora de lengua sami, la defensa de los derechos lingüísticos, culturales y de pastoreo de renos es una parte importante de su trabajo y su activismo. Lo que sigue es un extracto de una entrevista con Jåma realizada en la COP 16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica en Cali, Colombia.

 

Académicos y activistas señalan cada vez más a los Pueblos Indígenas de todo el mundo como poseedores de soluciones a la crisis climática. Se interesan sobre todo por las prácticas tecnológicas de los Pueblos Indígenas, como la quema cultural, la ingeniería de sistemas hídricos y otras formas de gestión ecológica que han protegido y mejorado la biodiversidad durante milenios. Sin embargo, centrarse en soluciones técnicas es superficial.

 

Nuestra tribu, la Nación Unida Houma, es una nación tribal reconocida por el estado y situada a lo largo de la costa del golfo de Luisiana, con una población aproximada de 17.000 ciudadanos. Aunque una parte importante de nuestros pueblos sigue residiendo en el sur de Luisiana, un número cada vez mayor se ha visto obligado a trasladarse a tierras más altas, algunos a unas horas al norte y otros abandonando el estado. Las fuerzas que están detrás de esta migración son complejas, pero el resultado es innegable: la fragmentación y destrucción de nuestra comunidad.

 

Las lenguas Indígenas son más que formas de comunicación. Son depósitos de conocimientos tradicionales generados y sostenidos por la Tierra, que se expresan a través de las prácticas culturales, lingüísticas y ecológicas de los pueblos y reflejan la interdependencia entre la sabiduría humana y el mundo natural. Se trata de conocimientos vivos y coevolutivos que trascienden las generaciones y desempeñan un papel fundamental en la protección de la socio biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.