“Las manifestaciones Indígenas en la COP30 no constituyen violaciones de seguridad. Los Pueblos Indígenas están ejerciendo sus derechos humanos fundamentales y expresando su frustración por la falta de acceso a los espacios donde se toman decisiones que los afectan de manera desproporcionada”. —Aimee Roberson (Choctaw y Chickasaw), Directora Ejecutiva de Cultural Survival
Los Pueblos Indígenas de Brasil llegaron a la COP30 con una exigencia: participar en las negociaciones sobre sus propios territorios y el futuro del clima global. En cambio, se les impidió el acceso y se les negó la entrada a las salas donde se decide la política climática, a pesar de proteger el 80% de la biodiversidad restante del planeta.
Los Pueblos Indígenas han estado ejerciendo sus derechos fundamentales, garantizados por el derecho internacional de los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión, de reunión pacífica y la participación en las decisiones que afectan sus territorios y su futuro. El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha establecido que los Estados no pueden prohibir, restringir, bloquear ni interrumpir las reuniones pacíficas sin una justificación imperiosa, independientemente de la interrupción de las actividades cotidianas. La interrupción del tráfico o de las rutinas no transforma una reunión legítima en una conducta ilícita.
Brasil prometió una cumbre climática inclusiva, pero ha negado el acceso a la Zona Azul, donde se decide la política climática, a miles de delegados Indígenas. Brasil no puede defender la justicia climática mientras niega sistemáticamente a los Pueblos Indígenas el derecho a participar en la toma de decisiones sobre sus propios territorios.
Los Pueblos Indígenas exigen al gobierno brasileño que detenga los proyectos que amenazan sus territorios y que ponga fin a las actividades extractivas que impactan sus tierras. Como se documenta en el informe de Cultural Survival, "El precio de lo verde", la financiación climática de Brasil financia sistemáticamente estos proyectos extractivos sin el consentimiento de las comunidades Indígenas afectadas. Estas manifestaciones fueron una negativa a ser tratados como prescindibles.
Cultural Survival insta a la Presidencia de la COP a que sitúe a los Pueblos Indígenas en el centro de la toma de decisiones climáticas como legítimos titulares de derechos. Exigimos a Brasil que cese de inmediato la financiación de la extracción en tierras Indígenas sin el Consentimiento Libre, Previo e Informado y que respete las demarcaciones territoriales.
Las soluciones climáticas genuinas requieren liderazgo Indígena. Sin una auténtica participación Indígena en el diseño de la política climática, cualquier acuerdo de la COP30 seguirá sacrificando a nuestros pueblos mientras se pretende salvar el planeta.
