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Muros que cuentan historias

Por Colectiva Lemow

Las narrativas de los pueblos originarios en Guatemala han sido plasmadas, a lo largo de la historia, a través de la pintura, la escultura, la música, la escritura, el muralismo y la tradición oral. Estas expresiones han permitido guardar la memoria colectiva de nuestros pueblos.


La llegada de la invasión provocó que el arte fuera oprimido y silenciado, por lo que los y las artistas han buscado diversas formas para expresarse. Con el paso del tiempo, sin embargo, las influencias extranjeras y el despojo que ha sufrido el pueblo maya han dejado sus huellas. Hoy en día, en nuestro país, el arte no representa una necesidad o un derecho humano. Además, la educación a nivel nacional no tiene la cobertura necesaria y ha dejado de lado la enseñanza del arte y la preservación de nuestra cultura.
El arte es un privilegio al que no todos podemos tener acceso en Guatemala. Los centros culturales, las salas de cine, las escuelas de arte y las academias de música están mayoritariamente en la ciudad capital. Como país, padecemos de centralización. Por ello, la visión de descentralizar la formación y de generar oportunidades de proyectos artísticos se hace necesaria, vital, para la recuperación y la dignificación de nuestro arte y cultura.

Un muralista pintando un diseño en una pared.
Un muralista pintando un diseño en una pared


Es fundamental que se promuevan propuestas a partir de la mirada de los descendientes de los pueblos originarios, una mirada digna y necesaria. Las narrativas desde los Pueblos Indígenas son esenciales, ya que otorgan identidad y un sentimiento de inclusión y pertenencia. Los pueblos originarios han padecido el observarse desde otras miradas externas, por lo que es necesario fomentar el accionar de las y los artistas mayas dentro de sus territorios para, a través de la escritura, la creación y la representación de imaginarios, poder reconocerse y escucharse a sí mismos.


LEMOW es una colectiva creada por mujeres que buscan visibilizar, a través de las expresiones artísticas, los derechos humanos, la reflexión crítica, la denuncia y la equidad de género. Establecida en el 2013, LEMOW se dedica a crear y compartir expresiones culturales. Además, es un agente de cambio que busca descentralizar el arte de una manera inclusiva, empoderando a las mujeres para que exploren diversas expresiones artísticas, reflejen sus vivencias y sanen sus emociones. LEMOW se especializa en talleres de cine, arte y comunicación. 


Uno de los proyectos artísticos que hemos desarrollado desde esta colectiva es “Muros que cuentan historias”, el cual nace de la necesidad de generar espacios de diálogo, intercambio y descentralización. Este proyecto presenta un recorrido visual de 4 murales en diferentes territorios del país, cada uno de ellos representando el sentir de las comunidades.


La creación de murales posibilita espacios de memoria colectiva que plantean problemas comunitarios y globales. El proyecto “Muros que cuentan historias” está vinculado con la tradición oral y la transmisión de los saberes que va conectada por medio del idioma materno. En este caso, en cada mural está escrito un texto en el idioma materno del territorio, construido de manera colectiva por las y los estudiantes que los pintaron. El acto político de escribir y leer un texto en el idioma materno de los pobladores es necesario, ya que representa un ejercicio identitario, que dignifica y hace cuestionarse lo importante que es saber el idioma materno. Se menciona el cuestionamiento porque en algunos territorios la pérdida del idioma materno se hace evidente.

La pared presenta impresionantes obras de arte pintadas por artistas locales
La pared presenta impresionantes obras de arte pintadas por artistas locales


Para que los proyectos se logren es necesario una serie de factores: las ideas y los sueños que se plasman en una hoja, las personas que los leen y creen que es posible hacerlos realidad, y quienes acompañan el proceso hasta su realización. En el caso de “Muros que cuentan historias”, este proyecto fue posible gracias al financiamiento de Cultural Survival y al acompañamiento de líderes comunitarios aliados que facilitaron su desarrollo. 


Nuestro proyecto inició con un viaje a San Mateo Ixtatán, Huehuetenango. El camino fue largo y cansado pero la recompensa fue enorme: ver montañas semicubiertas por neblina y escuchar sonidos de agua corriendo —San Mateo es un lugar de agua, así lo describen sus habitantes.  Ana Gómez y un grupo de mujeres integrantes de una organización comunitaria llamada Liberación Migrante, nos acompañaron durante el proceso del taller y la elaboración del mural en la Escuela Normal de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango. San Mateo, al igual que otros municipios de este distrito, tienen un alto índice de migración, muchas de las familias tienen un familiar o amigo que se ha marchado del territorio. Durante el taller, se habló de este tema con las y los estudiantes, así como de la cultura y del idioma materno. A partir de estas conversaciones, surgió un texto poético en su idioma y sus propuestas fueron plasmadas en los muros. 

María Gómez, subdirectora de la escuela, nos menciona que por la lejanía del territorio casi no hay oportunidades y es muy difícil que proyectos artísticos lleguen allá.  Por lo mismo, el compromiso de la Escuela Normal y de la organización comunitaria Liberación Migrante es acompañar proyectos como “Muros que cuentan historias” que, de alguna manera, contribuyen a fomentar el arte y a generar espacios de intercambio. Como resultado tenemos a las y los estudiantes motivados y con intenciones de pintar toda su escuela. 
En el segundo viaje, trabajamos con Cleida Cholotio, lideresa comunitaria de San Juan La Laguna, Sololá. Ella reunió a un grupo de niños de su comunidad, quienes construyeron el texto y elaboraron propuestas para el que, seguramente, será el primero de muchos murales que realizarán en su comunidad. Cleida menciona que es importante inculcar en los niños el arte, para que ellos pierdan el miedo de crear. A menudo, la academia dicta estándares y reglas que impiden la creación desde la libertad. 


En nuestro tercer viaje, trabajamos de la mano del Centro Cultural de San Juan Ostuncalco con Olga Pérez y su equipo, la misión: hacer un mural en la biblioteca. Nuestra estancia en este espacio fue acogedora y productiva. Para nosotras fue muy agradable conocer un espacio donde la comunidad interactúa de manera libre y llena de confianza dentro de los espacios públicos, en este caso el centro cultural. Fue una convivencia llena de conocimientos, historia y arte, que se plasmó en el muro. Ahora, el mural es el escenario para la lectura, ya que el centro cultural ha designado ese espacio para fomentarla en los niños, generando actividades de cuentacuentos. 


En el último viaje, trabajamos en el muro del Centro Cultural “Casa Ixmayab”, dirigido por Juanita García, el cual se encuentra en uno de los barrios de antaño en Quetzaltenango. Las y los vecinos que interactuaron con el mural mencionaron que esta propuesta le daba un rostro diferente al espacio. Lamentablemente, en Quetzaltenango —como en otros departamentos— los espacios públicos son usados como vertederos de basura y como parqueos. Raúl Cotom, vecino de lugar, menciona que es importante tener proyectos como este, que plasman elementos de la cultura maya. Él menciona que, desafortunadamente, el idioma se ha perdido y que muchos de los elementos de la cultura maya k’iche’ están desapareciendo. Durante nuestra estancia en el lugar, niños, vecinos y visitantes interactuaban con nosotras, pintaban y conversaban sobre la cultura, reflexionaban acerca de la pérdida del idioma materno y sobre la importancia de generar proyectos como este para dar vida a los barrios.


Nuestra maleta quedó llena de buenas experiencias. Conocimos hermosos territorios, grandes luchas y personajes excepcionales que hacen que todo sea posible. Aprendimos lecciones y, sobre todo, reafirmamos que, para que los proyectos se concreten, deben gestarse y realizarse de manera comunitaria.  Seguramente, “Muros que cuentan historias” tendrá más viajes, más experiencias y más historias que contar.


En 2024, LEMOW fue apoyada por el Fondo de Medios Comunitarios Indígenas, el cual brinda oportunidades para que las estaciones de radio Indígenas internacionales fortalezcan su infraestructura y sistemas de transmisión y creando oportunidades de capacitación en periodismo, transmisión, edición de audio, habilidades técnicas y más para periodistas de radio de comunidades Indígenas de todo el mundo. En 2024, el Fondo de Medios Comunitarios Indígenas apoyó a diversas comunidades con 57 subvenciones por un total de $450,000 a medios comunitarios en 20 países, apoyando a 87 Pueblos Indígenas.