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La palabra y el liderazgo desde el territorio 

Por Diana Jembuel Morales

(Desde el territorio ancestral Misak —originariamente hijos del agua, la palabra y los sueños— ubicado en los Andes, Colombia, en el departamento de Cauca).

A partir de los procesos de reivindicación de la memoria y del liderazgo de la mujer en territorio, el pueblo Misak ha venido recuperando sus espacios propios, sembrando vida desde el legado “Recuperar la tierra para recuperarlo todo”. En 1994, se formuló el primer plan de vida, que orienta las políticas y programas que garantizan su pervivencia y permanencia como pueblo. Dentro de este plan, se encuentra el programa de comunicaciones, un espacio impulsado por los mayores y las autoridades de aquellos tiempos, que asumieron la dimensión de la comunicación social y comunitaria Misak como un proceso fundamental.

Este programa brinda escenarios de información, formación y complementariedad para la consolidación y ejecución del Plan de Vida, bajo el concepto del reconocimiento y el fortalecimiento de la identidad cultural, que implícitamente está en su visión colectiva y conciencia histórica. De tal forma, los medios de comunicación en su uso y producción se orientan desde el conocimiento ancestral, apropiando los deberes y los derechos colectivos que configuran su identidad, garantizando así la prolongación de la vida con dignidad e identidad en el tiempo y en el espacio.

En cuanto a la actividad formativa, se desarrolla en el marco del proceso de fortalecimiento de la cultura y la identidad del pueblo Misak, y contribuye al fortalecimiento del liderazgo de la mujer, como parte esencial para la consolidación del Plan de Vida. Por ello, compartimos la historia de vida de una mujer que ha demostrado su liderazgo y empoderamiento desde su pensar y accionar comunitario. 

 

¿Quién es Máma Mercedes o Máma Mechas, como la conocen en el municipio de Silvia y en el resguardo de Guambía?

Máma Mercedes Tunubalá Velasco, Ishuk Misak (mujer Misak), nació en la vereda La Campana, Resguardo Indígena Ancestral Misak de Guambía, municipio de Silvia, Cauca, Colombia. Desde su niñez, ella vivió el proceso de recuperación de tierras en su comunidad durante los años 80. 

En ese contexto, le tocó enfrentar una situación familiar difícil que la llevó, a la edad de 10 años, a vivir sola durante un año en una casita hecha de espedones de pasto y de cartón, en la recuperación las Mercedes, hoy conocida como Santiago de Guambía. Ella recuerda que su única familia, en ese momento, eran sus compañeros de estudio de quinto de primaria. Después de clases, su deseo era no regresar al ranchito porque le tocaba dormir sola y, al llegar, la invadía la tristeza al no encontrar a nadie. Ella misma se preparaba algo para comer, un refrigerio y no una comida, y se acostaba a las cinco de la tarde, antes de que llegara la noche. Al otro día, su desayuno era a las diez de la mañana, a la hora del refrigerio para todos, momento en que les brindaban masitas y colada. 

 

¿Por qué ser esa mujer de memoria y resistencia?

“Esa parte de la historia me ha marcado mucho psicológicamente. Cada vez que la cuento y recuerdo, mis lágrimas están allí para derramar y pienso cómo en esa época no me pasó nada, no me hicieron daño. Los días viernes eran mi máxima felicidad porque, apenas salía de la escuela, era la primera en ir hacia otra recuperación de tierras, hoy Santa Clara, a encontrarme con mi mamá y mi papá. Ellos, desde allí, lideraron para el bien de la comunidad, como un aporte a la lucha, cuando otras comunidades querían apropiarse de algo que no era de ellos y cuando, vestidos de guerrilleros, llegaban por las noches a amenazarlos, diciéndoles que los iban a matar si ellos no se iban. Era otra lucha para ellos. Mientras a mí me invadía la soledad estando sola, a ellos también los atemorizaban. Mi mamá siempre ha sido muy sabia, luchadora y responsable, tanto en los quehaceres de la familia como en los de la comunidad. Ella no me abandonó, lo hizo por una causa importante y con la convicción de que estudiara para mi propio bien. Hoy ratifico esa convicción que ella tuvo”.

 

Dejando huellas para la vida 

Su juventud fue también otra etapa triste, pero siempre estuvo rodeada de compañeras y de las hermanas franciscanas en el internado, para señoritas, de la Normal Santa Clara de Almaguer, Cauca. Su madre, atendiendo al interés de ella por estudiar, la envió a dicho internado. Esa decisión la tomó porque una hermana mayor había estudiado allí y, después de graduarse del bachillerato, murió. Por ello, siempre conservó ese recuerdo y quería experimentar lo que ella había vivido en la época del colegio. Esta experiencia fue muy importante para su formación y disciplina. Con un horario muy estricto, también aprendió a rezar y, durante su estadía, estuvo siempre acompañada de muchas niñas de su edad que, al igual que ella, vivían en el internado. Estuvo allí cuatro años, desde octavo hasta undécimo, con experiencias como docentes practicantes, donde le tocaba responsabilizarse de niñas y niños al cuidado de un docente.


“Al igual que mi madre, desde temprana edad hilo constantemente en defensa de las comunidades, rodeada de historias que convocan a la minga y al trabajo colectivo por el territorio.  Con el liderazgo que mi mamá me enseñó desde el “ishup”, el pensar como mujer Misak; el “aship”, observar el ejemplo de ella; el “mørøp”, escuchar el consejo de los abuelos y el “marøp”, hacer con toda la convicción de no perder el horizonte, ni como persona ni como “Ishuk Misak”, mujer Misak”.

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Abriendo espacios desde la academia 

Después de terminar el colegio, vino una etapa de experiencias de trabajo desde los 18 años. Ella no continuó estudiando, sino que se dedicó a trabajar en diferentes espacios como Secretaria del primer Plan de Vida escrito del pueblo Misak en Colombia, después de la Constitución Política de Colombia de 1991. Asimismo, en el marco del reconocimiento y la participación en política del movimiento Indígena en Colombia, fue secretaria del Consejo Municipal y secretaria del ex Senador Taita Lorenzo Muelas, en el año 1995. En este espacio, se dio cuenta de la importancia del estudio. Ella veía que los asesores eran mestizos y cuenta: “me prometí que después teníamos que ser asesores de nuestros propios líderes y fue así”. 

Inició sus estudios de universidad en la carrera de Economía para aportar a su pueblo. Durante esa preparación académica, vivió otros procesos de liderazgo estudiantil en la Universidad del Valle, como ser Gobernadora del Cabildo Indígena Universitario, el cual fue el primero en Colombia. En la actualidad, existen muchos cabildos universitarios. 

Al mismo tiempo, se buscó el reconocimiento de los Indígenas Misak en la ciudad de Cali, Colombia, el cual se logró ante la Alcaldía de Cali. Fue otra forma de reconocimiento a través del Cabildo, hoy conocido como Nupachik Chak. Entre los cargos ocupados se encuentran el de Secretaria y también el de Alcaldesa del Cabildo, en contexto de ciudad. 

 

Empezando a caminar nuevamente hacia su territorio de origen con liderazgo desde la palabra

Posteriormente, al terminar la carrera de Economía, retornó a su comunidad, ahora con conocimientos adicionales para aportar al pueblo originario al que pertenece. Al llegar al territorio, se encontraba en marcha un proceso electoral para la Alcaldía Municipal y el Cabildo de Guambía le encomendó la tesorería de la campaña. 

En esa época ella estaba embarazada de su hijo, claro que antes ya había tenido a su hija Sofi, la mayor. Después de una ardua labor de campaña ganaron las elecciones y el alcalde la nombró Jefe de Planeación de la Alcaldía de Silvia, Cauca. Asumió el cargo un año después, porque en el primer año de gobierno la eligieron para que fuera Secretaria General del Cabildo de Guambía. La experiencia en la administración municipal fue muy importante, ya que conoció el municipio y, durante ese cargo, estudió la Especialización en Proyectos. Toda esa experiencia le permitió, posteriormente, en otro proceso electoral ser alcaldesa. Fue la primera mujer Indígena en ser elegida, por elección popular, del Municipio Silvia, Cauca, para el periodo 2020-2023, bajo el lema “Mujer, hilando gobierno para la vida”. 

 

Mujer que gobierna para la vida y deja huellas grandes para las nuevas generaciones 

“Muchas experiencias, pero también muchas dificultades en el proceso de liderazgo por ser mujer, por ser Indígena. Sin embargo, fuerte, como Julia, mi madre, con sabiduría, honradez y responsabilidad, y con  los principios de los Misak, liderando desde el “ishup”, “aship”, “mørøp” y “marøp” (pensar, mirar, escuchar consejos y el hacer, desde el pensamiento colectivo)”. 

Hoy, como gobernadora, sigue liderando procesos comunitarios y cuenta con una familia sólida conformada por seis personas: su madre, su padre, su esposo, sus dos hijos y ella. Todos permanecen siempre unidos, avanzando juntos por el bienestar armónico y comunitario del Plan de Vida para su pueblo, de acuerdo al Derecho Mayor. 

Para el pueblo Misak es de vital importancia continuar apoyando el proceso de comunicación, a partir de la palabra de la mujer, con una claridad política identitaria. Por ello, es vital seguir apostándole a que estos proyectos se amplíen para que el proceso no quede a mitad del camino y para seguir fortaleciendo los liderazgos propios a partir de la comunicación. 

Historias de vida y de impacto, como la de Máma Mercedes, siguen surgiendo para motivar a que las mujeres se preparen, salgan y retornen al territorio, contribuyendo así a la pervivencia, como pueblo originario, desde la armonía y el equilibrio. 

Los pueblos y comunidades originarias necesitan más de estos liderazgos para seguir tejiendo la vida y la pervivencia como pueblos hermanos, ya que la comunicación en los territorios se genera desde el fogón, desde el terrario y desde la espiritualidad, para que todo se pueda tejer en unidad. 

 

-- Diana Mery Jembuel Morales, mujer Indígena Misak, hablante de la lengua materna, periodista, comunicadora y consejera editorial de Agenda Propia. Magíster en Comunicación Política. Cuenta con experiencia y liderazgo en procesos de comunicación Indígena, territorial y comunitaria, con enfoque diferencial para asuntos étnicos y de género en Colombia. 

Todas las fotos cortesía de Diana Jembuel Morales.