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Comunidades Indígenas: Guardianas de la naturaleza

Por Daniel Salvador Chindoy Muchavisoy (Pasante de CS)

La comunidad Indígena Kamëntšá del municipio de San Francisco, situada al  sur de Colombia, en el departamento del Putumayo, se destaca por ser un pilar en la defensa y promoción del cuidado de la naturaleza y el territorio - comprendidos como el hogar y lugar sagrado de sus antepasados y cada ser vivo que allí habita. Desde tiempos inmemorables, se ha demostrado allí una gran resiliencia, al superar numerosos retos, y más recientemente a los ataques en contra de la naturaleza por parte de empresas multinacionales dedicadas a la extracción de minerales y otras piedras preciosas. A esto, se suma la amenaza de construcción de “obras de desarrollo” (carreteras que atraviesan y amenazan las fuentes sustentables de vida). Sin embargo, gracias al esfuerzo fraternal de la comunidad se ha logrado salvaguardar dicho territorio sagrado, a través de la preservación de la identidad local y principalmente, a partir del fortalecimiento de la diversidad de expresiones culturales existentes en este pueblo milenario.
 
En el año 2024, Cultural Survival apoyó mediante el programa de Becas Para Jóvenes Indígenas, a un colectivo de jóvenes pertenecientes a dicha comunidad Indígena, denominado “Semilleros de Culturas”, dedicado a cuidar y promover el patrimonio Kamëntšá. Su misión ha sido mejorar y fortalecer la capacidad de las comunidades Indígenas para abordar los desafíos del cambio climático y fortalecer la protección del medio ambiente.
 

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Neider Farid Morales Vanegas y Karen Yamile Jamioy (Kamëntšá) de Colombia

Son dos jóvenes líderes Indígenas pertenecientes a la comunidad Kamëntšá, que a día de hoy tienen 28 años. Son aprendices de las tradiciones, la lengua materna, la cosmovisión y defensores de su territorio Indigena en San Francisco, Putumayo / Colombia. Desde hace 4 años, han trabajado incansablemente para preservar la cultura y tradiciones, permitiéndoles liderar diversos procesos y proyectos que promueven el respeto y aprecio por la herencia ancestral Kamëntšá, inspirando a las nuevas generaciones a ser guardianes de dicha rica herencia cultural. Motivados en trabajar por el futuro de la comunidad y fortalecer la identidad cultural Kamëntšá, han realizado diversas actividades que incluyen la implementación de talleres culturales para niños y jóvenes, así como conversatorios sobre medicina ancestral y protección del medio ambiente.

Gracias a la oportunidad brindada por Cultural Survival a través de la beca para Jóvenes Indígenas y la ejecución de su propuesta denominada “Comunidades Indígenas Guardianas de la Naturaleza”, lograron generar un gran impacto dentro de su comunidad. Dentro de este proyecto, se establecieron conexiones claves y diálogos intergeneracionales, involucrando a jóvenes, niños, niñas, familias, autoridades Indígenas, guías espirituales y campesinos. A través de talleres, armonizaciones espirituales, práctica de la medicina ancestral, visitas guiadas, conversaciones e intercambios de saberes, se revitalizó la identidad cultural Kamëntšá y la protección del medio ambiente. Esta iniciativa se erige como un acto de resistencia cultural y un compromiso con la continuidad de la vida comunitaria en equilibrio con su entorno. 

Sus anhelos son un futuro en el que la cultura Kamëntšá sea fuerte y vibrante, y en el que las nuevas generaciones se sientan orgullosas de su identidad. De esta manera, ellos fomentan la recuperación de prácticas ancestrales que entrelazan identidad, territorio y sostenibilidad. Tal y como lo expresa Karen, “Debemos actuar juntos, como un solo cuerpo, como un solo corazón, para proteger lo que es nuestro. Porque proteger nuestra tierra no es solo una responsabilidad, es un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia aquellos que aún no han nacido”. 

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Estos jóvenes Indígenas son, a través de su labor, ejemplos de transformación y compromiso con la cultura Kamëntšá, e inspirar a otros a trabajar en conjunto para fortalecer capacidades. Buscan empoderar a toda una comunidad con las herramientas y los conocimientos necesarios para mitigar los efectos del cambio climático y preservar el entorno natural; compromiso que refleja el buen pensamiento del ser Kabëng Kamëntšá - valorando y respetando la armonía con la naturaleza y asumiendo la responsabilidad de cuidarla para las generaciones futuras. En el informe final sobre su proyecto, los becarios escribieron: “Al cuidar la tierra, nos estamos cuidando a nosotros mismos, y que, en cada planta, en cada semilla que sembramos, está la promesa de un futuro más sano, más justo, más nuestro” .

En un territorio surcado por valles, montañas, innumerables afluentes, una biodiversidad y un espacio único y mágico que requiere conservación y protección, el liderazgo de eses jóvenes es la voz, la fuerza y la acción de las generaciones más jóvenes que representan la resonancia del futuro y la garantía de las descendencias. En este sentido, la participación activa de los jóvenes, en colaboración con los mayores y la comunidad en general, fomenta el empoderamiento y el sentido de pertenencia de los mismos y de los demás frente a las diversas complejidades que inciden en el bienestar, la paz y la armonía en cada faceta de la vida, tanto a nivel individual como en la interacción con los demás y con el único hogar que se posee para vivir, y el cual se debe defender a toda costa.