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El arte de la esquila de vicuñas por parte de la Nación Diaguita en Argentina

Por Verónica Aguilar (Mixtec, Equipo de CS)

En el Día de la Biodiversidad, presentamos el chaku o aprovechamiento de la vicuña en el paraje La Angostura de la provincia de Catamarca (Argentina). Se trata de una actividad económica y cultural que favorece la conservación de la naturaleza en tierras Indígenas. 

Primero los varones más jóvenes, con fortaleza y habilidad, son quienes arrean las vicuñas, aprovechando cuando vienen a hidratarse a los sitios de agua. Poco a poco, los hombres van reuniendo una manada grande, que las mujeres y los niños encierran con ayuda de redes, postes y una soga “chimpeada” (soga con cintas atadas cada metro). En estos potreros móviles, se encierran las vicuñas durante dos días, antes del trabajo, de manera que no sufran estrés el día de la esquila. 

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El trabajo de esquila se llama "chaku". Para realizarlo, se preparan con antelación todas las herramientas necesarias y las personas se organizan por grupos de trabajo. Un grupo trabaja desde el corral, capturando las vicuñas una a una y llevándolas a la zona de esquila. Ahí, otro grupo le tapa los ojos al animal y luego le corta el pelo. Cuando la vicuña ha sido esquilada, un tercer grupo procede a liberarlo. La fibra obtenida se pesa y registra, y más tarde servirá para confeccionar ponchos, mantas, guantes y chalinas color oro vicuña.

En el chaku participa la comunidad en su conjunto: la niñez, los jóvenes, los adultos y los mayores. Esto, por la variedad de actividades que implica. También llegan visitantes de los parajes cercanos e incluso turistas. Al final, se realiza un almuerzo comunitario en el marco de una feria de productos regionales, donde las mujeres exhiben las prendas realizadas con la fibra de vicuña.

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La vicuña es conocida y valorada por los pueblos andinos y principalmente por los Pueblos Indígenas de la puna catamarqueña, en donde se encuentra la comunidad La Angostura. Desde tiempos antiguos, las personas de la nación diaguita realizaban las tareas de arreo y esquila de la vicuña en momentos del año en que la vicuña no está en gestación, de manera que se aproveche su fibra sin poner en riesgo su existencia. Se trata de un manejo sustentable que se opone a la depredación y casi aniquilamiento en otras regiones. Este pueblo, mediante esfuerzos de protección y conservación junto con los organismos públicos, ha logrado incrementar la población de la especie. 

El chaku es una importante oportunidad de economía para la población Indígena en el distrito de Villa Vil, pues puede ser una alternativa para no ceder ante la minería. Estas comunidades se enfrentan actualmente a distintas operaciones y tareas que lleva el estado provincial para dividir y convencer con su política minera, que afectaría el agua, la biodiversidad, la agricultura y las prácticas del buen vivir de la nación diaguita.

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En 2024, el fondo Guardianes de la Tierra (KOEF) apoyó un proyecto de fortalecimiento del chaku en La Angostura, para incorporar herramientas mecánicas que permitan reducir el tiempo de esquila y el estrés del animal, a la vez que da como resultado una fibra de mejor calidad. El proyecto fue realizado por la comunidad mencionada, con la incorporación de otras localidades vecinas, en ciertas etapas.