Por Elisa Ribeiro (Pasante de CS)
“Creo que dar a los jóvenes la oportunidad de adquirir experiencia y desarrollar habilidades de liderazgo, aprender sobre su forma de vida tradicional y aumentar su autoestima puede allanar el camino para una generación de líderes destacados que participen en todos los aspectos del desarrollo comunitario”.
Kim Spencer (becaria de CS)
Desde territorios distintos como la región de Rupununi en Guyana y el departamento de Alta Verapaz en Guatemala, Kim Spencer y Kleidy Migdalia Sacbá Coc encarnan formas propias de liderazgo que entrelazan identidad, territorio y defensa de la naturaleza. Sus trayectorias muestran cómo la juventud continúa renovando los compromisos comunitarios con la tierra, aportando miradas críticas y creativas a los desafíos ambientales. Son dos jóvenes líderes y ganadoras de la Beca a Jóvenes Indígenas 2024, cuya labor en la educación ambiental y la conservación de la vida silvestre surge de la fuerza de sus lenguas maternas y de los conocimientos tradicionales de sus pueblos.

Kim Spencer (Cabécar) de Guyana
La familia de Kim es de origen granjero y ganadero, un entorno donde se originó su profundo aprecio por la naturaleza. Moviéndose en bicicleta, tuvo la oportunidad de participar de excursiones a zonas silvestres, lo cual aportó más tarde a su trabajo como guardabosques cadete en la South Rupununi Conservation Society, así como a su labor en la defensa de la cultura y preservación de las tradiciones Indígenas.
Kim también se dedicó a la educación como profesora de matemáticas; sin embargo, aprovechó este papel para inspirar a sus alumnas y alumnos en la responsabilidad medioambiental y la importancia de la gestión sostenible de la vida silvestre.
Kim Spencer nos recuerda la importancia de preservar nuestro patrimonio natural y cultivar una profunda conexión con la tierra “en un mundo en el que los espacios salvajes se ven cada vez más amenazados por la actividad humana”.
Kim sentía que en su comunidad les jóvenes necesitaban de oportunidades para desarrollar sus capacidades como líderes y aprender las prácticas tradicionales de su pueblo.
Ella comenta: “normalmente no se consulta a les jóvenes a la hora de tomar decisiones, lo que ha dado lugar a la creencia de que les jóvenes no están interesados en el crecimiento de la comunidad. Debido a esta exclusión, la mayoría siente que no son necesarios ni deseados, lo que reduce su forma de pensar y su autoestima en general.”
Centró sus objetivos en trabajar con 60 jóvenes de 11 a 17 años en un proyecto extraescolar orientado a formar líderes jóvenes, valorando los conocimientos tradicionales de su comunidad y fortaleciendo su autoestima. Para esto propuso la instalación de cámaras trampa, enseñándoles a leer y sistematizar la información que captaran de la fauna y flora alrededor. Su finalidad era que les jóvenes reconocieran la biodiversidad y aprendieran a conservar y preservar su entorno, transmitiendo este conocimiento a las generaciones futuras.
Kim realizó 30 encuentros en los que se desarrollaron actividades de liderazgo, resolución de problemas, trabajo en equipo y toma de decisiones. Las sesiones eran guiadas por preguntas claves que abrían espacio para reflexiones amplias y para que cada joven pudiera expresarse. También trabajaron a partir de juegos y canciones que cultivaban el sentido colectivo y las conexiones emocionales a través del sentir.
Se invitó a personas de las comunidades para enseñar algunas prácticas tradicionales, como el tejido de canastas, que más tarde serían utilizadas como bolsas reusables, el hilar, recorridos por la granja y la preparación del pan de yuca. También escucharon historias de sabedoras y sabedores, plantaron árboles y acompañaron el crecimiento de los árboles a través de sus registros.

Kleidy Migdalia Sacbá Coc (Maya Q’eqchi’) de Guatemala
Kleidy es una joven Maya Q`eqchi´ representativa de la mujer Indigena como Rab`in Aj Poop O`b`atz, Princesa Tezulutlan y Flor Nacional del Pueblo Maya. Su liderazgo territorial se extiende a los ámbitos cultural y social, promoviendo el desarrollo comunitario con un enfoque en el fortalecimiento de los pueblos Indígenas. Es creadora de contenido digital con pertinencia cultural. Su proyecto, Q´eqchi´ Xnimal Ruhil Chaq´rab´, tiene como objetivo compartir información sobre los derechos de los pueblos indígenas de manera accesible en el idioma maya Q'eqchi'. Además, ha capacitado a jóvenes y mujeres Indígenas sobre instrumentos internacionales de derechos humanos en asuntos ambientales, como el Acuerdo de Escazú. En este rol, promueve la consulta pública en su territorio, llevando las voces de su comunidad a espacios internacionales. “Aprovechemos nuestras capacidades para contribuir al desarrollo de nuestras comunidades”, dice Kleidy desde su papel como joven líder.
En Guatemala, los proyectos vinculados con la educación ambiental y la protección de los ecosistemas suelen recibir un apoyo limitado. Esto genera el desafío de acercar la información a las comunidades de manera clara, culturalmente pertinente y en sus propios idiomas. Frente a este contexto, Kleidy impulsa una iniciativa integral que combina múltiples formas de comunicación en el idioma Q’eqchi’: desde estrategias digitales en redes sociales, herramientas clave para llegar a la juventud, hasta talleres comunitarios y conversatorios que visibilizan el papel de las mujeres en la toma de decisiones que afectan al territorio y al medio ambiente.
Uno de los problemas más urgentes que Kleidy identifica en su región es la mala gestión de los residuos. Muchas comunidades se ven afectadas por la llegada de personas de zonas urbanas que desechan su basura en ellas, generando contaminación y una carga injusta para las poblaciones locales. Por ello, su proyecto incorpora procesos formativos sobre la clasificación de residuos sólidos y la importancia de establecer soluciones sostenibles para su recolección. También promueve diálogos comunitarios que permitan generar acuerdos, corresponsabilidad y acciones permanentes.
“Los Pueblos Indígenas no queremos quedar únicamente recogiendo la basura de otros”, afirma Kleidy, subrayando la urgencia de políticas y prácticas que protejan el territorio y respeten la dignidad de sus habitantes.
Otro desafío clave fue lograr que la información sobre el Acuerdo de Escazú llegara efectivamente a la población Maya Q’eqchi’. Este instrumento, el primero en América Latina centrado en derechos ambientales, es también pionero al incluir la protección de personas defensoras del territorio y de los derechos humanos dentro de sus disposiciones. Su difusión resulta especialmente relevante en Guatemala, donde la criminalización de quienes defienden la naturaleza continúa siendo un riesgo real y constante.
En este contexto, Kleidy destaca la importancia del intercambio de conocimientos intergeneracional, donde personas con mayor trayectoria compartan sus aprendizajes con otros jóvenes para fortalecer el tejido social y preparar a nuevas y nuevos defensores. Con ello se busca que comprendan sus derechos, conozcan los marcos legales que los respaldan y fortalezcan su capacidad de incidencia en sus territorios.
Kleidy también señala que una práctica todavía presente en algunas comunidades es: la quema de la rosa, una técnica que destruye los microorganismos esenciales para la fertilidad del suelo. El año 2024 registró el mayor número de quemas asociadas al cultivo de rosa, provocando incendios forestales de gran magnitud y afectaciones a la salud.
Frente a este escenario, Kleidy logró movilizar a un número significativo de personas, entre ellas, mujeres, jóvenes, niñas y niños, para impulsar espacios de diálogo, acceso a información y exigencia de acciones gubernamentales para la protección del medio ambiente. Entre estos esfuerzos, destaca su incidencia en la crisis ambiental del Lago Atitlán, un ecosistema gravemente afectado por la contaminación y la gestión inadecuada de residuos.
Aprendizajes y Caminos que Continúan
Kim comenta que gracias a esta oportunidad aprendió a expresarse mejor en público y que actualmente el proyecto tiene el objetivo de desarrollarse en otras escuelas de once comunidades cercanas. Ha constatado el impacto que ha tenido el trabajo en sus alumnes, por lo que desea continuar. Aún cuenta con el equipo necesario y espera recaudar fondos adicionales. Seguirá cinco años más en esta escuela como profesora y desea seguir fortaleciendo las habilidades de redacción e investigación de les alumnes durante este periodo, con quienes han construido confianza, cercanía y comunidad a lo largo del desarrollo del proyecto .
Kleidy por su parte, nos cuenta que el proyecto le ha permitido vivir muchas experiencias que de otro modo no habría tenido la oportunidad de liderar. Aunque al inicio sintió el desafío de conformar el equipo, especialmente relacionado con lo administrativo, menciona que ha construido puentes a partir del trabajo colectivo y comunitario, logrando incluso más de lo esperado. El proyecto ha sembrado muchas semillas que seguirán creciendo en la comunidad, ya que el vínculo de confianza ha abierto espacios para dar continuidad de forma colectiva y sostenida.

